En este lienzo, Kastro nos invita a contemplar la relación entre el individuo y el universo. Las figuras humanas se pierden en un mar de sombras y estrellas, creando una atmósfera de asombro y asombro. Los tonos sobrios y las texturas desgastadas añaden una sensación de misterio y grandeza a la obra, mientras que los detalles cuidadosamente elaborados revelan la belleza oculta en la vastedad del cosmos.